Buenas Tardes Familia del Santo Rosario, Red mundial cristiana de oración, Grupos adheridos, Rosario Viviente Universal Santa Filomena y casas Misioneras
Queridos hermanos, que la paz del señor sea con todos nosotros.
Amén
Damos inicio al Santo Rosario.
Nos hacemos la señal de la cruz y nos ponemos en la presencia del señor, Rezamos el Pésame y el Credo.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén
VEN ESPIRITU SANTO
Ven Espíritu Santo ven, ven por medio de la dulce y poderosa intercesión del corazón inmaculado de María tu amadísima esposa.
“La vocación universal a la santidad está estrechamente unida a la vocación universal a la misión. Todo fiel está llamado a la santidad y a la misión. (Encíclica Redemptoris Missio). Por el Bautismo todos nosotros cristianos somos Misioneros. En este Rosario misionero somos llamados a vivir concretamente el compromiso apostólico- misionero que brota de nuestro bautismo.
El «Rosario misionero» es una manera concreta para cumplir con ese deber. Lo ha pensado y organizado, a mediados del siglo XX, un obispo norteamericano, Monseñor Fulton J. Sheen, con el fin de sugerir y brindar un medio muy práctico de orar por las misiones y misioneros (orando somos misioneros pues es un medio de evangelizar).
Ser católico es ser miembro de la iglesia universal. Como católicos no podemos olvidar la solidaridad con todo el cuerpo. Es por eso que oramos por las misiones y una forma de hacerlo es con el rosario misionero.
Es una oración mariana universal y misionera, que consiste en rezar los cinco misterios de cada día teniendo presentes los cinco continentes, pensando en la situación concreta de cada continente desde el punto de vista de la evangelización y de la presencia cristiana. Orando por los misioneros y misioneras, agentes pastorales, y por todos los que aún no conocen la Buena Nueva de la salvación, para que se abran a la luz del Evangelio.
Es una forma de oración que toma como base al Rosario tradicional, en la cual, por intercesión de María, se pide al Padre por las intenciones y necesidades de todo el mundo.
DAREMOS INICIO HACIENDO LA SEÑAL DE LA CRUZ
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
SÍMBOLO DE LOS APÓSTOLES
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilatos, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén
ORACION PARA LAS MISIONES
Oh Dios, que admites a los hombres al incomparable honor de asociarlos a Cristo en la obra de la salvación de las almas, dígnate, te suplicamos, multiplicar entre nosotros las vocaciones y las almas verdaderamente apostólicas. Ensancha tu mirada y dilata nuestros corazones, para que por encima de intereses y ambiciones terrenas, aspiremos a triunfos superiores a los de la fuerza, para contribuir todos de esta manera, según nuestros medios, a la extensión del Reino de Jesucristo. Amén.
«La mies es mucha, pero los obreros pocos. Rueguen, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies» (Mt. 9, 37-38)
1 PADRE NUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Amén
3 AVEMARÍA
Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
GLORIA
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
Como el Principio, Ahora y siempre, por los Siglos de los Siglos, Amén.-
MISTERIOS DOLOROSOS
Martes y Viernes
PRIMER MISTERIO
En el primer misterio doloroso contemplamos a Jesús que ora y suda sangre en el huerto de los Olivos.
OFRECEMOS ESTE MISTERIO POR EL CONTINENTE AFRICANO
En el primer misterio doloroso contemplamos a Jesús que ora y suda sangre en el huerto de los Olivos.
Pidamos al Señor por el pueblo africano, que hoy también sufre «suda sangre», víctima de los conflictos raciales, de la miseria y del hambre institucionalizado, para que sepa hacer de su sufrimiento una oblación agradable al Señor.
Hoy nos toca a nosotros acercamos a Jesús que ora y suda sangre en el huerto; nos toca a nosotros prolongar la oración de Jesús, y recoger las gotas de su sangre ofreciéndolas a Dios-Padre por el continente africano. Y nuestra oración y ofrenda tendrán más eficacia si sabremos unir nuestros sacrificios, nuestras penas y sufrimientos al sudor de sangre de Jesús para la evangelización de África.
El color verde nos recuerda las verdes selvas del continente Africano. Para que puedan superar el sufrimiento provocado por el hambre, las continuas guerras y los desastres naturales. En este misterio también vamos a pedir por todas las aldeas Africanas por: los que visitan las casas de familia, cárceles, hospitales, clínicas.
con la interseccion de Virgen María para que con su presencia en estos lugares sea una bendición y una caricia de Dios.
Virgen Santa: intercede ante tu Hijo por el Continente Africano, para que aparte de él el cáliz del dolor, el terror de la guerra, y el sufrimiento provocado por tantos desastres naturales, o por plagas como el racismo y el fundamentalismo. Amén
PADRENUESTRO Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
10 AVEMARÍA Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
GLORIA: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo; Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
JACULATORIA:
María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, En la vida y en la muerte ¡ampáranos gran Señora! ¡Santa María Reina de las Misiones; ruega al Señor Jesús por Africa!
SEGUNDO MISTERIO
En el segundo misterio doloroso contemplamos la flagelación de Jesús
OFRECEMOS ESTE MISTERIO POR EL CONTINENTE AMERICANO
En este misterio pidamos que María de Guadalupe nos alcance de su Hijo la gracia de ser solidarios con nuestros hermanos indígenas que, marginados en las sierras o en las ciudades, luchan todavía hoy por la vida, por la tierra, por su dignidad y por la justicia.
El color rojo simboliza la sangre derramada por los mártires que dieron su vida en el anuncio del Evangelio en nuestro continente.
Hoy, como ayer, para el justo no hay honores sino azotes. El mundo rechaza al profeta, a quien vive y habla la verdad, la justicia, el Amor. En muchas partes del mundo se continúa condenando y torturando a los discípulos de Jesús: sacerdotes, religiosas, catequistas, misioneros…Jesús que sufre silenciosa y valientemente la condena y la tortura es guía, camino y consuelo de quien quiere ser apóstol de su palabra y de su Vida.
En este misterio también vamos a pedir por nuestros Paises por: los que trabajan con ancianos, personas con capacidades diferentes, inmigrantes, refugiados en zonas rurales y en grandes ciudades para que se sientan acompañados por la oración y el cariño de la comunidad cristiana.
Tu corazón de Madre sufrió mucho al ver condenado y torturado a tu Hijo. En América, sobre todo en América Latina, muchas madres sufren al ver truncadas y frustradas prematuramente las vidas de sus hijos: dales tu Espíritu de fortaleza en el momento de la prueba, y ayúdales a creer que la última palabra no la tiene la muerte sino la vida. Amén
PADRENUESTRO Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
10 AVEMARÍA Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
GLORIA: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo; Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
JACULATORIA:
María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, En la vida y en la muerte ¡ampáranos gran Señora! ¡Santa María Reina de las Misiones; ruega al Señor Jesús por America!
TERCER MISTERIO
En el tercer misterio doloroso contemplamos a Jesús tratado como rey de burlas y humillado con una corona de espinas y una caña por cetro
OFRECEMOS ESTE MISTERIO POR EL CONTINENTE EUROPEO
En este misterio pidamos a Cristo, rey del universo y redentor nuestro, que por la intercesión de la Santísima Virgen de Fatima, reavive la Fe de los pueblos europeos, para que en Europa y en el mundo entero se extienda el reino de Dios, reino de justicia, de paz y de amor.
En el tercer misterio pidamos por las intenciones del Continente Europeo que se identifica con el color Blanco.
El color Blanco nos recuerda la espiritualidad y las vestiduras del Papa con su sede en este continente. Para que la Iglesia recupere su vitalidad cristiana y misionera. También vamos a pedir por nuestros Paises por: los que misionan en escuelas, universidades y distintos ámbitos de la educación para que se dejen conducir por Jesús que es el único camino que lleva a la verdadera Vida.
Como una ola incontenible, llegan a Europa grandes cantidades de hermanos y hermanas del sur del mundo, su objetivo: encontrar mejores condiciones de vida; el resultado no siempre es el deseado, se les mira con sospecha, se les excluye, y en no pocas ocasiones se les cierran las puertas. Es el miedo al otro, al diferente.
Intercede Madre por esos hijos tuyos asociados a la Pasión y al sufrimiento de tu Hijo. Que la Iglesia descubra y contemple en ellos el rostro sufriente de Cristo.
En este misterio pensemos que los que seguimos a Cristo nos comprometemos a construir su Reino. Oremos para que en la Iglesia no falten «MINISTROS» para este Reino de Dios. Necesitamos «ministros del bienestar espiritual, ministros de educación evangélica, ministros de la justicia y del perdón de Dios».
Señor Jesús, suscita y atrae hacia Tí a muchos jóvenes y adultos con vocación a construir tu Reino del Evangelio sobre la tierra. Danos, Señor, el valor de enfrentar las espinas y las burlas de un mundo que no comprende y pisotea los valores de tu Reino. Amén
PADRENUESTRO Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
10 AVEMARÍA Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
GLORIA: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo; Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
JACULATORIA:
María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, En la vida y en la muerte ¡ampáranos gran Señora! ¡Santa María Reina de las Misiones; ruega al Señor Jesús por Europa!
CUARTO MISTERIO
En el cuarto misterio doloroso contemplamos a Jesús condenado a muerte por Pilato y su camino al Calvario llevando en sus hombros el madero de la cruz.
OFRECEMOS ESTE MISTERIO POR EL CONTINENTE OCEANICO
En el cuarto misterio pidamos por las intenciones del Continente Oceánico que se identifica con el color Azul.
El color Azul nos recuerda sus numerosas islas rodeadas de las azules aguas del océano Pacífico. para que , escuchando la palabra de Dios , se dejen transformar por ella.
En este misterio también vamos a pedir por: los que trabajan por la paz, la justicia, la vida, la política y las familias para que con sus vidas anuncien que es posible vivir el compromiso, la fidelidad y la ternura.
«Quien quiere venir tras de mí, que renuncie a sí mismo, tome su cruz, y me siga». Jesús va adelante; detrás de él caminan los discípulos, que cargan con las cruces de su misión salvadora, comprometidos en «sufrir to que falta a la pasión de Cristo».
En este camino el discípulo no está solo: la dulce presencia de María reconforta en las debilidades y en las caídas. La figura del Cirineo, en el Vía Crucis de Jesús, nos compromete a poner el hombro para ayudar a Cristo en su misión salvadora.
En este misterio pidamos a la Dios que nos ayude a convertirnos en «cireneos» de los misioneros, especialmente de los que trabajan en Oceanía, sosteniéndoles con nuestra oración y con nuestros sacrificios.
Virgen de los Dolores: intercede por tantos hermanos y hermanas de OCEANIA,sobre todos aquellos que viven al margen del Evangelio, y cargan la cruz de la pobreza y el dolor. Amén
PADRENUESTRO Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
10 AVEMARÍA Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
GLORIA: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo; Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
JACULATORIA:
María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, En la vida y en la muerte ¡ampáranos gran Señora! ¡Santa María Reina de las Misiones; ruega al Señor Jesús por Oceania!
QUINTO MISTERIO
En el quinto misterio doloroso contemplamos la crucifixión y muerte de Jesús.
OFRECEMOS ESTE MISTERIO POR EL CONTINENTE ASIATICO
Pidamos a Dios que los pueblos de Asia, que mueren día a día por la injusticia, la miseria, la violencia y la discriminación, que se abran a la gracia de la salvación que brota de la cruz donde está clavado el Hijo de Dios, único y verdadero redentor de la humanidad.
Madre de Jesús y Madre nuestra, tu que experimentaste al pie de la Cruz el dolor de ver morir a tu Hijo, intercede ante el Señor por tantas madres de ASIA, sobre todo del sudeste asiático y de los países más pobres. Da fortaleza y consuelo a aquellas que impotentes, ven sufrir o morir el fruto de sus entrañas.
En el quinto misterio pidamos por las intenciones del Continente Asiático que se identifica con el color Amarillo que nos recuerda la raza amarilla de sus habitantes. Para que permanezcan abiertos al anuncio del evangelio, proclamado por los misioneros.
«No hay amor más grande del que da la vida por sus amigos»… Jesús da la suprema prueba de su amor aceptando morir para darnos su misma vida divina. Antes de entregar su vida,
Jesús pronuncia algunas palabras que dan mayor sentido a su amor y entrega: «Tengo sed», grita en su agonía. Es la sed que el Hijo de Dios siente por la salvación, la sed de almas. Es la sed de personas que le sigan de cerca y se hagan colaboradores del Evangelio. Y antes de morir, su última palabra es: «¡Todo está cumplido! «: la misión que le dio el Padre está realizada a cabalidad, todo se llevó a plenitud, todo se hizo según el deseo del Padre.
Oremos en este misterio por los continuadores de la misión de Jesús, por los que dan la vida, gota a gota, en la completa donación de su vida por la salvación de los hombres, en especial por los sacerdotes, religiosas y laicos misioneros.
Señor Jesús, da a cada uno de nosotros esa sed de almas que nos comprometa más en tu seguimiento. Y Tú, Madre, que recibiste a tu Hijo desclavado, que nos recibiste a cada uno como hijos de los labios de Cristo crucificado,da valor a los jóvenes llamados a cumplir su misión a cabalidad. Que cada cual, en el ocaso de nuestra vida, podamos exclamar: «¡Todo, Señor, está cumplido!»
En este misterio también vamos a pedir por: los grupos de Infancia, adolescencia y juventud misionera, por los ancianos y enfermos misioneros, por los sacerdotes y consagrado entregados al servicio del Evangelio, para que sigan enseñando que el reino de los cielos solo es de aquellos que se reconocen y se saben pequeños y sencillos.
PADRENUESTRO Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén
10 AVEMARÍA Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
GLORIA: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo; Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
JACULATORIA:
María, Madre de Gracia, Madre de Misericordia, En la vida y en la muerte ¡ampáranos gran Señora! ¡Santa María Reina de las Misiones; ruega al Señor Jesús por Asia!
Oraciones Finales:
3 AVEMARÍA :
1- Bendícenos oh María, hija del Eterno Padre, no permitas que ofendamos a Dios con pensamientos, en tus manos ponemos nuestra fe para que la aumentes.
Dios te salve María, hija de Dios Padre, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
2. Bendícenos oh María, Madre del Eterno Hijo, no permitas que ofendamos a Dios con palabras, en tus manos ponemos nuestra esperanza para que la alientes.
Dios te salve María, Madre de Dios Hijo, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
3- Bendícenos oh María, esposa del Espíritu Santo, no permitas que ofendamos a Dios con obras y deseos, en tus manos ponemos nuestra caridad para que la inflames, nuestras almas para que las salves y nuestras necesidades para que las remedies.
Dios te salve María, esposa del Espíritu Santo, llena eres de Gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María, Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin la culpa original.
Bendícenos ahora y siempre, oh María, templo y sagrario de la Agustísima Trinidad, Virgen concebida sin la culpa original.
LA SALVE:
Dios te salve Reina y Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve, a ti clamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre, oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Letanías Misioneras.-
Señor ten piedad de nosotros. Señor ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo ten piedad de nosotros.
Señor ten piedad de nosotros. Señor ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Dios, Padre Celestial, que quieres que todos los hombres se salven. – Ten piedad de nosotros,
Dios, Hijo Redentor del mundo, que sufriste una muerte de cruz por todos – Ten piedad de nosotros.
Dios, Espíritu Santo, que atraes a los hombres al conocimiento de la verdad – Ten piedad de nosotros.
(Respondemos: Ruega por nosotros)
Santa María, Reina de las misiones
San Pedro
San Pablo
San Francisco Javier
Santa Teresita del Niño Jesús
Por ÁFRICA: (Respondemos: Ruega por África)
San Marcos, Ruega por África
San Agustín de Numidia, Ruega por África
Venerable Carlos de Foucauld, Ruega por África
Santos Mártires de Uganda, Ruega por África
Beata Clementina Anuarite. Ruega por África
Por AMÉRICA: (Respondemos: Ruega por América)
Santo Hermano Miguel, Ruega por América
Santa Mariana de Jesús. Ruega por América
San Pedro Claver, Ruega por América
San Juan Diego, Ruega por América
San Martín de Porres, Ruega por América
Santa Rosa de Lima, Ruega por América
San Héctor Valdivieso, Ruega por América
Beato Ceferino Namuncurá, Ruega por América
Santos y beatos del nuevo mundo, Ruega por América
POR EUROPA : (Respondemos: Ruega por Europa):
San Bonifacio de Alemania, Ruega por Europa
San Agustín de Canterbury, Ruega por Europa
San Patricio de Irlanda, Ruega por Europa
San Leandro de Sevilla, Ruega por Europa
Venerable Paulina Jaricot, Ruega por Europa
Santos y beatos del viejo mundo, Ruega por Europa
Por OCEANÍA: (Respondemos: Ruega por Oceanía):
Padre Damián de Molokay, Ruega por Oceanía
San Pedro Chanel, Ruega por Oceanía
María, Estrella del Mar, Ruega por Oceanía
Santos y beatos de las innumerables islas, Ruega por Oceanía
Por ASIA : (Respondemos: Ruega por Asia):
San Andrés, Ruega por Asia
Santo Tomás, Ruega por Asia
San Juan Brito, Ruega por Asia
Santos Mártires de Corea, Ruega por Asia
Santos y beatos Mártires de China y Japón, Ruega por Asia
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, – Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo – Escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo- Ten piedad y Misericordia de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.
ORACIÓN
Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de Santa María, la Virgen, líbranos de caer en el odio y la hipocresía. Haznos un vínculo de amor al prójimo e imitar tus enseñanzas para llegar a las alegrías del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
ORACIÓN FINAL
Señor, que nos llamas a seguirte como discípulos, vivifica nuestra generosidad, para que respondamos con amor a tu llamado.
Que cada cristiano, cada Iglesia particular en el mundo entero, viva con radicalidad la misión de evangelizar a las gentes que Tú le has confiado. Haz que nuestras comunidades cristianas “estén contigo”, vivan el misterio de tu Amor, irradien la Luz de tu perdón y de tu misericordia.
Concédenos ser discípulos verdaderos y fieles para llevar tu Evangelio, tal como lo has entregado a tu Iglesia, a todos los pueblos de la tierra.
Danos fortaleza para superar las dificultades que como cristianos y misioneros encontraremos. Sabemos que Tú estás siempre con nosotros y que nos envías incesantemente tu Espíritu Santo.
Haznos obedientes a tu mandato de evangelizar, haz que siempre echemos las redes del Evangelio llenos de gozo y esperanza, sabiendo que el fruto será abundante, pues depende de Ti. Suscita vocaciones misioneras en tu Iglesia en América, manda sacerdotes, religiosos, religiosas, fieles laicos, familias misioneras, para aquéllos que, dentro y fuera de nuestro Continente, atienden el anuncio de la resurrección de tu Hijo Jesucristo.
Te lo pedimos por intercesión de la Santísima Virgen María, Madre tuya y Madre nuestra.
Con ella te seguimos como discípulos y con ella caminamos hacia todos los pueblos, como discípulos y con ella caminamos hacia todos los pueblos, como misioneros de tu Palabra. AMEN
“Señor, Tú has querido que tu Iglesia sea sacramento de salvación para todos los hombres, a fin de que la obra redentora de Cristo persevere hasta el final de los tiempos; mueve ahora los corazones de tus fieles y concédenos la gracia de sentir que nos llamas con urgencia a trabajar por la salvación del mundo, para que, de todas las naciones, se forme y desarrolle un solo pueblo, una sola familia, consagrada a tu nombre.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.”
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen
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